lunes, 23 de abril de 2012

Monterrey vs Santos ¿Conviene que sea un clásico?


Nadie puede hacer menos y tampoco ignorar la creciente rivalidad entre los Rayados de Monterrey y el equipo de Santos Laguna en los últimos años. Ambas escuadras son representantes de Estados vecinos (Nuevo León y Coahuila), y su rivalidad ha ido a la alza en los torneos más recientes, en donde se han enfrentado en instancias finales ofreciendo juegos memorables y dramáticos.

Para la gran mayoría de los seguidores del equipo coahuilense (si no es que la totalidad), el juego contra los Rayados representa lo más cercano a tener un clásico dada la cercanía geográfica e ideológica de las ciudades de Monterrey y Torreón respectivamente. Nadie duda ya que para los Laguneros el rival más odiado deportivamente hablando es el equipo regio; y prueba de ello han sido los apasionantes juegos de semifinales y finales recientes entre ambos. 

Tanto para los jugadores como para los seguidores santistas el duelo ante los regios es de poder a poder, y el orgullo por ser el mejor equipo de la zona norte del país se pone de manifiesto cada vez que ambas oncenas se ven las caras en el terreno de juego. 

Sin embargo, para los aficionados del Monterrey en su mayoría, este juego pareciera ser solo uno más en el calendario futbolístico, pues no aceptan que este duelo (que está a nada de ser un nuevo clásico en el fútbol mexicano), sea considerado como tal. Los seguidores Rayados siempre buscan minimizar a los fanáticos santistas ignorando el llamado de la afición lagunera, para que este partido busque acomodo entre los más destacados e importantes en el torneo nacional. Para la hinchada del Monterrey el argumento principal es el que el único clásico que su equipo tiene es en contra de los Tigres, con quienes juegan el Clásico Regiomontano disputando el honor de ser el mandamás en la ciudad.

Más allá de la búsqueda afanosa de los Santistas por tener un clásico futbolero con los regios y del desprecio de estos últimos a considerarlo como tal, lo cierto es que ésta rivalidad está a milímetros de ser un nuevo derby en el país. Dadas algunas características tales como: eliminaciones directas, goleadas, enfrentamientos entre sus aficiones y todo un despliegue de seguridad cuando se encuentran ambas oncenas, este partido desde luego que no es uno más del calendario y merecería ser enmarcado como clásico.

Los aficionados del Monterrey debieran entender que un equipo de fútbol en la búsqueda de aumentar su grandeza y alcance general, deben establecer no solo un clásico con un rival local, sino que deben contar con más partidos de esta índole más allá de los límites de sus ciudades durante los torneos que disputen. Grandes equipos a nivel mundial como el Milán, el Real Madrid o el Manchester United por ejemplo; tienen sus propios clásicos locales vs Inter de Milán, Atlético de Madrid y Manchester City respectivamente; pero al mismo tiempo, estos tres equipos tienen otros partidos de alta intensidad y rivalidad que han alcanzado el mote de clásicos. Siendo así entonces el Milán juega vs la Juventus el clásico de Italia, el Real Madrid vs Barcelona el derby español y el Manchestar United vs el Liverpool el de Inglaterra.

Inclusive a nivel nacional esta situacion la viven tanto el América como el Guadalajara, que aparte de sus propios clásicos locales ante (Pumas y Atlas), juegan entre ellos el Clásico Nacional de México. Esto es importante de destacar pues el equipo de los Rayados de Monterrey tiene la oportunidad de adjudicarse un nuevo clásico que directa o indirectamente los catapulte a otros planos dentro del fútbol nacional.

Rayados y Santistas salen ganando con la creación de un nuevo clásico entre ellos, para los primeros como ya mencionamos sería un impulso más en la búsqueda de alcanzar niveles de audiencia y grandeza superiores a los que actualmente gozan. Para los de Coahuila sería un premio a la garra y pasión de sus aficionados, así como un reconocimiento a la importancia de este equipo que ha logrado el éxito a pocos años de haber sido creado. 



   

martes, 3 de abril de 2012

Propuestas y descalificaciones en las campañas políticas


Como lo había imaginado hace algunos meses atrás las campañas políticas en México de cara a las elecciones presidenciales del próximo mes de julio se han vuelto todo un circo de tres pistas, en donde los candidatos se valen de todo con tal de descalificar primero a los contrincantes antes de preocuparse por sí mismos, cayendo con esto en una situación desagradable y hartante para los ciudadanos que buscamos respuestas y no las clásicas promesas.

Josefina Vázquez Mota, Enríque Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador son los 3 candidatos más fuertes en ésta contienda que oficialmente comenzó hace unos días y que por medio de comerciales televisivos y radiofónicos, pretenden llegar a nosotros minuto a minuto y día con día sin descanso.

Las campañas de cada uno de ellos estan cimentadas en 2 partes principales, la primera en las propuestas con las cuales buscan ganar la mayoría de votos y la segunda; descalificar directa o indirectamente a sus contrincantes para con ello restarles popularidad frente al electorado. 

En el rubro de las propuestas nos encontramos con la visión particular de cada candidato acerca de la realidad de México, recurriendo al pasado, haciendo énfasis en el presente y prometiendo a más no poder a futuro, estos tres personajes hacen llamados a la sociedad a que voten por ellos en las próximas elecciones siendo respaldados por sus respectivos partidos y su filosofía.

En la parte de las descalificaciones encontramos que éstas opacan las propuestas la mayoría de las ocasiones, pues es común que los candidatos se ataquen entre sí abiertamente o por medio de sus respectivos equipos de campaña antes de fijarse en sus propios actos o defectos. 

Pero más allá de promesas y descalificaciones (que eso cualquiera lo puede hacer) lo que se necesita son soluciones razonables, sinceras y ejecutables. De nada sirve decir que se cambiará la realidad nacional de la noche a la mañana o que van a reconstruir el país en solo 6 años, cuando lo que realmente se requiere es un compromiso a largo plazo y acciones contundentes que verdaderamente promuevan el cambio en éste país. 

Por otra parte temas y situaciones como: si Peña Nieto no supo citar libros, ó si Josefina se desmayó; ó si Andrés Manuel no sabe hablar inglés etc.., no pueden ser factores para que los candidatos y sus respectivos equipos se concentren a la hora de descalificar a sus oponentes. - "Dime de qué presumes y te diré de qué careces"- dice el refrán.

La lucha por convencer al electorado entonces debe fincarse con base a las propuestas y no por medio de las descalificaciones entre sí mismos, pues es en las primeras en donde verdaderamente debemos poner atención para saber si tal o cual candidato vale lo suficiente como para confiarles nuestro voto finalmente.