La Revolución Mexicana fue en realidad una serie de acontecimientos que se relacionaron en un período de más o menos 30 o 35 años aproximadamente y que no solamente podemos definirlo como un evento bélico per se.
Hoy conmemoramos los primeros 100 años del inicio de un movimiento social y político que Francisco I. Madero (un personaje de clase media- alta), comenzó con la finalidad de terminar con el gobierno de Porfirio Díaz; quien se había estado reeligiendo como Presidente de México sin que nadie al parecer, pudiera tener la capacidad para detener tal situación.
Sin embargo podemos decir que la Revolución Mexicana comenzó a gestarse a partir de aquellos puntos que la lucha por la Independencia de la nación (cien años atrás), no pudo solucionar o en el último de los casos acortar. En otras palabras, las diferencias sociales de la población mexicana y los vicios en y del poder de las élites locales y regionales, fueron tejiendo y consumando un deterioro que poco a poco alcanzó un punto que tenía que estalallar de alguna manera.
La población en la época porfiriana estaba sumamente polarizada y algunos sectores ilustrados se encontraban descontentos por que el poder solamente recaía en la figura de Díaz y sus allegados, sintiendo que era el momento que las formas políticas del país debían cambiar.
En suma: el descontento social, las disparidades económicas en la calidad de vida de la población, la necesidad de un nuevo rumbo en lo político y otros vicios y abusos, fueron preparando el terreno para que se diera un levantamiento primeramente propagandístico que derrocara finalmente a Porfirio Díaz de la presidencia.
Sin embargo, de la mano con esta propuesta comenzaron a surgir personajes carismáticos en distintas partes del país que viendo la situación política y social de la nación, adherieron sus ideales a la causa de Madero y prontamente se formaron bandos que pusieron en jaque a todo México.
Francisco Villa, Emiliano Zapata, Pascual Orozco, Venustiano Carranza, Victoriano Huerta entre otros, fueron en su momento elementos claves que en medio de la turbulencia quisieron levantarse a su modo, para hacer prevalecer sus intereses personales que inevitablemente llegaron a chocar entre sí, prolongando la lucha armada por mas de 10 años.
La Revolución Mexicana en pocas palabras, no debe analizarse solamente como un hecho político, social o militar, sino como todos en un conjunto. La estabilidad política y social llegaría al país hasta mediados del siglo XX cuando los frutos de tal afrenta fueron surgiendo en forma de instituciones, sindicatos, nuevas prácticas políticas, culturales etc.
Millones de mexicanos perdieron la vida durante los años más violentos de las confrontaciones armadas, inclusive se debe señalar que hubo intervención extranjera de manera intelectual y casi militar que de igual manera amenazaban con desestabilizar mas al de por sí ya fracturado país.
Hoy, a 100 años del inicio formal de la Revolución Mexicana, la realidad para millones de mexicanos no ha cambiado y su panorama parece cada vez más sombrío. Lejos de los desfiles, las celebraciones y todo el movimiento mediático en torno al tema en cuestión, lo que en verdad debería celebrarse (y no es el caso), sería el que los mexicanos cuenten con grandes herramientas y oportunidades para lograr su desarrollo en un clima de libertad y prosperidad.
La Revolución Mexicana al igual que la Independencia de México, fueron movimientos que trataron de darle un giro diferente a la realidad de la nación y lograron hacerlo aunque no en su totalidad. Quedan vicios todavía por eliminar sobre todo en las clases políticas y en las formas de conducir los andares del país. Queda mucho trabajo por delante para que las intenciones de la Revolución verdaderamente se cumplan.
Mientras sigan habiendo diferencias abismales en el ingreso de millones de familias, continúen los partidos políticos confrontándose anteponiendo sus intereses propios antes que los del pueblo, existiendo abusos y falta de justicia social, transparencia y legalidad; migraciones en aumento a otros países etc... se podrá decir que la Revolución Mexicana no ha cumplido sus propósitos y en cambio estemos tristemente celebrando el seguir casi igual que hace 100 o más años.
Hoy conmemoramos los primeros 100 años del inicio de un movimiento social y político que Francisco I. Madero (un personaje de clase media- alta), comenzó con la finalidad de terminar con el gobierno de Porfirio Díaz; quien se había estado reeligiendo como Presidente de México sin que nadie al parecer, pudiera tener la capacidad para detener tal situación.
Sin embargo podemos decir que la Revolución Mexicana comenzó a gestarse a partir de aquellos puntos que la lucha por la Independencia de la nación (cien años atrás), no pudo solucionar o en el último de los casos acortar. En otras palabras, las diferencias sociales de la población mexicana y los vicios en y del poder de las élites locales y regionales, fueron tejiendo y consumando un deterioro que poco a poco alcanzó un punto que tenía que estalallar de alguna manera.
La población en la época porfiriana estaba sumamente polarizada y algunos sectores ilustrados se encontraban descontentos por que el poder solamente recaía en la figura de Díaz y sus allegados, sintiendo que era el momento que las formas políticas del país debían cambiar.
En suma: el descontento social, las disparidades económicas en la calidad de vida de la población, la necesidad de un nuevo rumbo en lo político y otros vicios y abusos, fueron preparando el terreno para que se diera un levantamiento primeramente propagandístico que derrocara finalmente a Porfirio Díaz de la presidencia.
Sin embargo, de la mano con esta propuesta comenzaron a surgir personajes carismáticos en distintas partes del país que viendo la situación política y social de la nación, adherieron sus ideales a la causa de Madero y prontamente se formaron bandos que pusieron en jaque a todo México.
Francisco Villa, Emiliano Zapata, Pascual Orozco, Venustiano Carranza, Victoriano Huerta entre otros, fueron en su momento elementos claves que en medio de la turbulencia quisieron levantarse a su modo, para hacer prevalecer sus intereses personales que inevitablemente llegaron a chocar entre sí, prolongando la lucha armada por mas de 10 años.
La Revolución Mexicana en pocas palabras, no debe analizarse solamente como un hecho político, social o militar, sino como todos en un conjunto. La estabilidad política y social llegaría al país hasta mediados del siglo XX cuando los frutos de tal afrenta fueron surgiendo en forma de instituciones, sindicatos, nuevas prácticas políticas, culturales etc.
Millones de mexicanos perdieron la vida durante los años más violentos de las confrontaciones armadas, inclusive se debe señalar que hubo intervención extranjera de manera intelectual y casi militar que de igual manera amenazaban con desestabilizar mas al de por sí ya fracturado país.
Hoy, a 100 años del inicio formal de la Revolución Mexicana, la realidad para millones de mexicanos no ha cambiado y su panorama parece cada vez más sombrío. Lejos de los desfiles, las celebraciones y todo el movimiento mediático en torno al tema en cuestión, lo que en verdad debería celebrarse (y no es el caso), sería el que los mexicanos cuenten con grandes herramientas y oportunidades para lograr su desarrollo en un clima de libertad y prosperidad.
La Revolución Mexicana al igual que la Independencia de México, fueron movimientos que trataron de darle un giro diferente a la realidad de la nación y lograron hacerlo aunque no en su totalidad. Quedan vicios todavía por eliminar sobre todo en las clases políticas y en las formas de conducir los andares del país. Queda mucho trabajo por delante para que las intenciones de la Revolución verdaderamente se cumplan.
Mientras sigan habiendo diferencias abismales en el ingreso de millones de familias, continúen los partidos políticos confrontándose anteponiendo sus intereses propios antes que los del pueblo, existiendo abusos y falta de justicia social, transparencia y legalidad; migraciones en aumento a otros países etc... se podrá decir que la Revolución Mexicana no ha cumplido sus propósitos y en cambio estemos tristemente celebrando el seguir casi igual que hace 100 o más años.
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