Se trata quizás de una de las garantías individuales o derecho de los seres humanos (en el mundo "civilizado") que mas se pregona, persigue, busca, critica o castiga sin lugar a dudas.
Representa simple y sencillamente la facultad que tienen todas las personas de emitir sus opiniones, juicios o consideraciones en torno algún tema en específico o situación. La libertad de expresión es en otras palabras, el derecho que cada uno tenemos de decir lo que queremos en el modo, lugar o situación que sea.
Entendiendo como tal el término en cuestión, resulta que en la vida práctica esto no se puede llevar a cabo con la total libertad que en teoría se supondría, pues los seres humanos dependiendo de cada posición social, ciudad, país, religión, cultura, época o cualquier otro contexto; estamos siempre premeditando las consecuencias que nuestros pronunciamientos o comentarios pudieran acarrear.
Si, libertad de expresión es decir lo que uno quiere, siente o piensa, sin embargo, por mucho que dicha garantía se pregone alrededor del mundo y más en los países democráticos y liberales, siempre existiran formas, códigos urbanos, de conducta u otras limitaciones que harán que nos reservemos nuestras palabras para mejores ocasiones o simplemente nos quedemos callados so pena de recibir algún castigo, multa o cualquier otra sanción.
Desde casa simple y sencillamente, cuando uno se encuentra todavía bajo el control de los padres de familia resulta a veces conflictivo llevar a la práctica tal derecho, pues los padres con mayor o menor razón, siempre controlarán las situaciones que lleven a cabo los hijos y que puedan ir en contra de las costumbres, valores o normas que se establecen dentro de casa. De ésta manera, los papás podrás castigar, reprimir o sancionar comportamientos que a su consideración sean inadecuados.
Lo mismo sucede en las escuelas o trabajos, donde no obstante la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos indique en su artículo 6° o la Declaración Universal de los Derechos Humanos en su 9° estatuto (para los países de corte democrático); que las personas cuentan con la libertad de expresarse, siempre habrán reglamentos que limiten o censuren en algunos casos este derecho.
Ejemplos alrededor del mundo y en todas épocas han existido en donde las personas han sido privadas de su libertad o incluso de su vida, por el simple hecho de expresar lo que piensan o quieren. Los derechos y libertades de una persona siempre entrarán en conflicto con las obligaciones o los derechos de terceros, pues es imposible elaborar constituciones o reglamentos para cada tipo de persona en un mundo lleno de multiculturalismo y pluralidad.
Hoy quizás suene mucho el caso de la reconocida periodista Carmen Aristegui quien hasta la semana pasada trabajó en MVS, como conductora de un espacio noticioso y que debido a una noticia que no hablaba de forma favorable de la figura del Presidente de México, fue cesada de su puesto sin mayor explicación mas que el hecho de haber cometido una falta a un código ético de la empresa.
Aristegui presentó una nota en la que los diputados del PT atacaban al Presidente Felipe Calderón en una manta tachándolo de borracho, sin embargo, la periodista jamás se pronunció estar de acuerdo con el modo en que los diputados se manifestaron en San Lázaro contra el Presidente, y menos aun comentó si creía o no creía en el supuesto problema de alcoholismo que se le quiere imputar a Calderon Hinojosa. Aristegui solamente pidió que el tema de por sí delicado, fuera tratado de manera profesional para que las dudas se disiparan y de esta forma se aclararan los rumores hasta ahora existentes en torno a la figura presidencial, evitando a futuro nuevas declaraciones carentes de veracidad.
Como podemos ver, la libertad de expresión es un ejercicio que todos tenemos pero que al llevarlo a la práctica suele traer múltiples problemáticas.
Ninguna persona es completamente libre, las sociedades democráticas pregonan el uso y respeto
de las libertades individuales como parte de sus principios básicos o inclusive, su génesis misma. Pero en la vida real esto no existe, la libertad de expresión quizás solo se presentará cuando uno se encuentre consigo mismo en un cuarto solo, en un desierto o en un sitio en el cual, el flujo de las ideas, sentimientos u opiniones no sea regulado por un tercero o lo altere de modo que pueda ser censurado ó perseguido, inclusive por la misma conciencia.
Representa simple y sencillamente la facultad que tienen todas las personas de emitir sus opiniones, juicios o consideraciones en torno algún tema en específico o situación. La libertad de expresión es en otras palabras, el derecho que cada uno tenemos de decir lo que queremos en el modo, lugar o situación que sea.
Entendiendo como tal el término en cuestión, resulta que en la vida práctica esto no se puede llevar a cabo con la total libertad que en teoría se supondría, pues los seres humanos dependiendo de cada posición social, ciudad, país, religión, cultura, época o cualquier otro contexto; estamos siempre premeditando las consecuencias que nuestros pronunciamientos o comentarios pudieran acarrear.
Si, libertad de expresión es decir lo que uno quiere, siente o piensa, sin embargo, por mucho que dicha garantía se pregone alrededor del mundo y más en los países democráticos y liberales, siempre existiran formas, códigos urbanos, de conducta u otras limitaciones que harán que nos reservemos nuestras palabras para mejores ocasiones o simplemente nos quedemos callados so pena de recibir algún castigo, multa o cualquier otra sanción.
Desde casa simple y sencillamente, cuando uno se encuentra todavía bajo el control de los padres de familia resulta a veces conflictivo llevar a la práctica tal derecho, pues los padres con mayor o menor razón, siempre controlarán las situaciones que lleven a cabo los hijos y que puedan ir en contra de las costumbres, valores o normas que se establecen dentro de casa. De ésta manera, los papás podrás castigar, reprimir o sancionar comportamientos que a su consideración sean inadecuados.
Lo mismo sucede en las escuelas o trabajos, donde no obstante la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos indique en su artículo 6° o la Declaración Universal de los Derechos Humanos en su 9° estatuto (para los países de corte democrático); que las personas cuentan con la libertad de expresarse, siempre habrán reglamentos que limiten o censuren en algunos casos este derecho.
Ejemplos alrededor del mundo y en todas épocas han existido en donde las personas han sido privadas de su libertad o incluso de su vida, por el simple hecho de expresar lo que piensan o quieren. Los derechos y libertades de una persona siempre entrarán en conflicto con las obligaciones o los derechos de terceros, pues es imposible elaborar constituciones o reglamentos para cada tipo de persona en un mundo lleno de multiculturalismo y pluralidad.
Hoy quizás suene mucho el caso de la reconocida periodista Carmen Aristegui quien hasta la semana pasada trabajó en MVS, como conductora de un espacio noticioso y que debido a una noticia que no hablaba de forma favorable de la figura del Presidente de México, fue cesada de su puesto sin mayor explicación mas que el hecho de haber cometido una falta a un código ético de la empresa.
Aristegui presentó una nota en la que los diputados del PT atacaban al Presidente Felipe Calderón en una manta tachándolo de borracho, sin embargo, la periodista jamás se pronunció estar de acuerdo con el modo en que los diputados se manifestaron en San Lázaro contra el Presidente, y menos aun comentó si creía o no creía en el supuesto problema de alcoholismo que se le quiere imputar a Calderon Hinojosa. Aristegui solamente pidió que el tema de por sí delicado, fuera tratado de manera profesional para que las dudas se disiparan y de esta forma se aclararan los rumores hasta ahora existentes en torno a la figura presidencial, evitando a futuro nuevas declaraciones carentes de veracidad.
Como podemos ver, la libertad de expresión es un ejercicio que todos tenemos pero que al llevarlo a la práctica suele traer múltiples problemáticas.
Ninguna persona es completamente libre, las sociedades democráticas pregonan el uso y respeto
de las libertades individuales como parte de sus principios básicos o inclusive, su génesis misma. Pero en la vida real esto no existe, la libertad de expresión quizás solo se presentará cuando uno se encuentre consigo mismo en un cuarto solo, en un desierto o en un sitio en el cual, el flujo de las ideas, sentimientos u opiniones no sea regulado por un tercero o lo altere de modo que pueda ser censurado ó perseguido, inclusive por la misma conciencia.