Ya hemos comentado en otras entradas acerca del papel que juega en el mundo contemporáneo el crimen organizado, específicamente en lo que respecta al narcotráfico y más en un país como el nuestro, en donde en los últimos años esta actividad ha aumentado su poder de operación e influencia hasta convertirse en algo más que un dolor de cabeza para los gobiernos nacionales en turno.
El caso es que hoy en día ésta problemática ha rebasado las capacidades del Estado en su lucha por hacerle frente o al menos eso es lo que parece ser y lo que está en la mente de la mayoría de los mexicanos que, desgraciadamente; día a día viven con la incertidumbre en torno a su seguridad y la de los suyos o que lamentablemente han sido víctimas directa o indirectamente de esta situación.
Gobiernos van y vienen, promesas de acción y resultados positivos a cuenta gotas, y crisis hacia el interior de las corporaciones policiacas en todos sus niveles se han presentado y en algunas ciudades del país se ha dejado sentir una ola de violencia e inseguridad nunca antes vista. Desafortunadamente esta situación no parece tener una pronta resolución y ante nuestros ojos pareciera que nos encontramos enmedio del cataclismo, pues por una parte los gobiernos alegan que se trabaja y avanza en la lucha contra el narcotráfico mientras que por otra la percepción consensada es que las cosas van de mal en peor.
Se ha propuesto en debates, entrevistas, marchas, declaraciones etc, que el tema sea tratado y atacado desde otras perspectivas que van desde la negociación con los distintos cárteles para hacer un alto al fuego hasta la legalización del consumo y tráfico de sustancias prohibidas. Sin embargo ambas opciones parecen no dejar a todas las partes completamente satisfechas pues los pros y contras se nulifican respectivamente hasta volverse nuevamente un impasse en la toma de acciones tanto por parte del Estado como de la sociedad en sí.
A mí me parece que ya se debe hacer algo más que solo el quejarse por la situación en la que se vive, las cosas no deben empeorar definitivamente y para ello se deben estudiar todas las posibilidades que se tengan a la mano para resolver este mal que ha acabado con la vida de miles y miles de personas en los últimos años.
O el gobierno se reune con los cárteles a negociar de alguna forma el alto al fuego y a las atrocidades que comete en contra de la sociedad (como entidad más afectada), ó se erradica al crimen organizado a niveles que prácticamente lo dejen desarticulado y sin opciones de recuperarse.
Ambas decisiones son polémicas per se y merecen un mayor análisis, pero algo se tiene que hacer. No se puede seguir viviendo bajo estas circunstancias ni enmedio de la tormenta sin movernos para un lado o para el otro, y solamente lamentando la miles de muertes, secuestros, robos y otros actos contra la población civil sin que se tenga un panorama claro hacia dónde terminarán las cosas.
No hay lugar a medias tintas en este enfrentamiento pues mientras el tiempo pasa, más y más crímenes y atentados se presentarán contra la sociedad que por el momento está cansada y temerosa de la atmosfera en la que vive; pero que lamentablemente aun no es lo suficientemente organizada y decidida como para tomar entonces cartas en el asunto por sus propios medios.
Que no nos asuste la idea de que las cosas empeoren al grado de que la sociedad despierte en algún momento y comience a buscar justicia por su propia cuenta. ¿Qué será lo más cercano por venir o presentarse?: el cansancio total y la reacción de la sociedad ante el crímen organizado, ó la victoria del Estado sobre las lacras que se empeñan en hacer de México cada vez más una nación fallida.
Ese será tema de otra entrada.
Fotos: Extraídas de la red y créditos a sus respectivos autores.