sábado, 3 de julio de 2010

Sobre la desgracia en Monterrey, N.L.


A pesar de que no me tocó vivir la tragedia del17 de septiembre de 1988, cuando el huracán Gilberto azotó con sus lluvias a la ciudad de Monterrey, N.L., imágenes posteriores ya sea por internet, periódicos o cuadros de algunos restaurantes famosos de la ciudad, me hicieron pensar lo que pasaría si un día se volviese a repetir aquella historia.


Tuvieron que pasar poco menos de 22 años para que de nueva cuenta otro huracán, éste de nombre Alex, causara el doble y casi triple de daños a pesar de ser de inferior categoría que el citado Gilberto.


Monterrey es una ciudad grande, la segunda en importancia y tamaño en México y quizás había olvidado pronto lo que la naturaleza podía hacer en unos minutos. Creoqu la gente no recordó que nose pued jugar ni desafiar a los poderes naturales pues estos, sin previo aviso o con el, suelen pasarnos facturas muy dolorosas y lamentables.


En el lecho del río Santa Catarina que atraviesa la urbe regiomontana de lado a lado (poniente a oriente), se habían establecido muchos negocios que van desde canchas deportivas de infraestructura envidiable hasta mercados y circos. Todo se lo llevó la crecida del río a consecuencia de las lluvias de Alex.


En minutos desaparecieron als canchas, los puestos, los monumentos y hasta una pista de go karts que jamás pude probar para mi mala fortuna. Todo el lecho esta lleno he incluso se desbordó dañando seriamente dos de las avenidas más importantes de la ciudad, Constitución y Morones Prieto, que fungen como columna vertebral de la vialidad en ésta metrópoli hoy devastada, inundada, enterrada y con falta de servicios como luz y agua en gran parte de su área metropolitana.


No me cabe duda que nos vamos a levantar de esta, el pueblo regio se caracteriza por su empuje, su trabajo y dedicación y sin duda ésta prueba será superada, aunque la cuestión principal no radica en si se podrá o no vencer ésta adversidad(la respuesta es afirmativa), sino en sabe si seguireos cometiendo los mismos erores.


Si la naturaleza reclamó lo que es suyo, en éste caso el agua el lecho por donde pasar, n dudo que lo vuelva a hacer una y otra vez si llegara otro meteoro como lo fue Alex. Es entonces cuando debemos relexionar si sigue valiendo la pena el seguir construyendo sobre el lecho del río santa catarina, si de verdad aprendemos de nuestros errores y negligencia, entonces debemos respetar a la naturaleza y sus formas. Volver a construir desde un puesto hasta excentricidades en esa zona de la ciudad es volver a desafiar el poder de la naturaleza que sin duda, volvería algún día a recordarnos lo que somos ante su furia.


Avenidas destruídas pueden ser reconstruidas y ¿porqué no? mejoradas!, esta es una oportunidad porque en las adversidades surgen las posibilidades de hacer mejores las cosas. Esta ocasión no debe ser la excepción, de que nos vamos a levantar lo haremos, de que aprendamos la lección eso lo dudo hasta cierto punto. Veremos qué es lo que sucede en éstos cruciales días. La ciudad no volverá a ser la misma eso si, espero que cambie, y que sea para bien.


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