Por muchos años, incluso casi desde el inicio del fútbol como deporte tal cual, se han gestado alrededor de él múltiples polémicas respecto a diversos temas que van desde: la forma de ganar los partidos ó los títulos obtenidos, hasta sobre si se usan o no jugadores naturalizados ó si importa más la publicidad que el juego mismo etc, etc.
En esta ocasión les hablaré acerca de uno de los debates más aguerridos en la historia del balompié a nivel mundial, y que en los últimos 35 - 40 años ha polarizado a la afición. Se trata acerca de si jugar defensivo, ofensivo, bonito o feo.
Calificativos van y vienen por parte de los aficionados, periodistas y todos aquellos personajes que practican o han seguido este deporte a lo largo de la vida. Y de alguna forma estas opiniones son los ingredientes que coadyuvan a que esta actividad deportiva, practicada por millones alrededor del planeta, sea tan admirada como discutida y practicada.
Para poder entender mejor este tema se deberá dividir primero al aficionado en 2 grandes grupos ideológicos en torno a la manera como se vé y se lleva a cabo este juego.
En primer lugar tenemos a los que abogan porque los partidos de fútbol sean ofensivos, es decir; que las dos oncenas en el terreno de juego se preocupen más por atacar al rival que por defenderse de si mismos. Por juego ofensivo se entiende que el juego se dé de manera abierta, explosiva, dinámica y atractiva a la vista de los seguidores y críticos, pues ellos consideran que jugar de forma espectacular siempre será agradecido.
Para un amante del fútbol ofensivo, el juego deberá ser siempre vistoso y cargado de muchos goles sin importar si la táctica defensiva ha caído en más errores que aciertos, pues una gran cantidad de anotaciones es lo que hace al juego agradable por sí mismo. De esta forma el fútbol ofensivo agradará y deleitará la pupila de los aficionados a ésta actividad.
A una persona familiarizada con ésta forma de practicar el fútbol le importará poco si su equipo en la búsqueda de agradar a la crítica o a la misma afición, recibe muchos goles dada la táctica elegida. Al final de cuentas importará anotar más goles de los que se reciben. Para este tipo de idealistas del juego, los goles además de generar pasiones, si se dan en grandes cantidades asegurará que la gente asista a los estadios pues a final de cuentas la esencia misma de éste deporte es la anotación per se.
Ha habido equipos como la selección de Brasil en casi todas sus ediciones mundiales, que apuestan por el juego bonito (jogo bonito en portugués), es decir; por hacer gala de sus habilidades y dones en el trato del balón. Selecciones como la del Mundial de 1970 o la de 1994, serán siempre recordadas por su juego espectacular y que afortunadamente para ellos y sus seguidores, pudo redondearse con la obtención del título al finalizar dichos certámenes.
Pero han existido también casos de equipos desequilibrantes, vistosos y ofensivos, que no han podido coronar tal forma de juego y se han quedado a la orilla de la gloria. Quizás el ejemplo más recurrente sea el de la escuadra nacional de Holanda, quien en los mundiales de 1974 y 1978, practicaron un fútbol exquisito, digno de un espectáculo visual que se ganó el nombramiento de "fútbol total", pero que para su infortunio, no pudo ser capitalizado con el trofeo de campeón.
Hoy en día se habla de quipos como el Manchester United, el Real Madrid o el Barcelona, que para muchos seguidores y villamelones, son los mejores equipos del mundo, especialmente los dos últimos. Los fans del club catalán sostienen que dicho equipo es el mejor del planeta dada su forma de juego siempre alegre y ultra ofensiva, olvidándose quizás de que en la actualidad, el club Barcelona no es campeón de su continente y solo lo es de su liga local.
Por otra parte tenemos al otro bloque de pensamiento y de práctica del fútbol, el de jugar defensivo o de manera conservadora.
Este estilo es muy criticado por gran parte de los fanáticos y críticos pues consideran que como espectáculo, la calidad ofrecida por un equipo que juega así es pobre y aburrida, de raquiticos argumentos como para merecer ser campeón al final de un torneo.
La táctica defensiva propone en primera instancia defender bien para de ahí en adelante ir tejiendo el juego en búsqueda de un resultado favorable de acuerdo a los intereses en cuestión. El jugar defensivo es preocuparse más por lo que hace el rival cediéndole a éste la iniciativa del encuentro, esperando contragolpear o sorprenderlos en alguna chance que se presente.
Equipos catalogados como defensivos estan muchos de la liga italiana, alemana y curiosamente ambas selecciones europeas. Principalmente Italia ha sido criticada por muchos años por "destruir" el fútbol ofensivo en detrimento del espectáculo. Sin embargo, la selección italiana quien por cierto ya no juega de esta manera desde hace algunos años, ha sido campeona mundial en 4 ocasiones, contrastando con aquellos equipos que jugando de la forma contraria se han quedado sin obtener el tan ansiado trofeo siquiera por una ocasión.
Igualmente, el equipo nacional de Alemania es criticado con frecuencia por su calculador y quirúrgico estilo de juego, siempre armando a los equipos de la zona defensiva hacia adelante preocupándose primero por confiar en su solidéz defensiva y posteriormente en la efectividad de su delantera. Esta escuadra ha sido tricampeona a nivel mundial y es quizás por su notable éxito y desempeño por lo que más ha sido envidiada y criticada más que por su estilo de juego mismo.
Es por eso que jugar ofensivamente o defensivamente se ha vuelto parte de la cotidaniedad del fútbol mundial. Quizás los excesos traducidos en jugar ultra conservador o lo contrario, sea lo que ha provocado que numerosos equipos hayan perdido partidos claves o títulos que a la postre habrían llenado de gloria a su afición o país. Por un lado la obsesiva búsqueda de agradar al público y a la crítica con un planteamiento agresivo y vistoso, descuidando la retaguardia ha sido motivo de fracasos y humillaciones. Por otra parte la mezquinidad de algunos planteamientos defensivos también ha sido la causa del fracaso de otras escuadras quienes se conforman con dar un poco esfuerzo y renunciar a ir al frente apostando siempre a un descuido del rival o a un golpe de suerte.
Se puede jugar defensiva u ofensivamente, inclusive de ambas formas buscando un equilibrio que se acomode a las circunstancias del cotejo. Los directores técnicos y equipos que han comprendido la filosofía del equilibrio táctico son los que más a menudo salen exitosos en sus carreras y torneos.
Yo considero que se debe buscar ese equilibrio a la hora de jugar y siempre analizando el contexto que envuelve a los partidos en turno. El diseño del juego debe ser comprendido y aceptado por los jugadores para tener mejores resultados. Jugar bonito o feo es parte de la pasión misma que genera este deporte en el aficionado y su punto de vista puede ser compartido o rechazado.
En lo personal yo preferiría obtener títulos locales, nacionales o internacionales (segun sea el caso), en lugar de solamente agradar al público y quedarme finalmente con las manos vacías. Los goles son la esencia del juego si, pero los títulos son los que al final de cuentas serán recordados por las respectivas aficiones como las afrentas más distinguidas y gloriosas que se hayan conseguido.
Los "románticos" del fútbol ofensivo estarán en desacuerdo con los "realistas" que prefieren ganar a como de lugar y visceversa, pero es aquí donde invito a reflexionar. Quizás lo mejor sea jugar bonito y equilibrado ganando siempre, pero eso no puede suceder toda la vida.
¿Para ústedes que es más importante, ganar o jugar bonito? ¿Prefieren recordar grandes jugadas ofensivas y goles, o levantar trofeos de la forma que haya sido de sus respectivos equipos?
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