A lo largo de su historia el ser humano ha demostrado ser un ente de conflictos, posturas y acciones que han sido llevadas a cabo con la finalidad de mantener cierto estatus, perseguir metas o simplemente defenderse ante otros en un momento dado y bajo determinado contexto. Al igual que las personas, los países son "seres" o "entidades" que durante siglos y siglos han manifestado de distinta forma sus deseos, necesidades, caprichos, preocupaciones, poderío, liderazgo etc..., y todo esto ha sido con diversos fines que infelizmente en la mayoría de los casos ha concluído en guerras o en enfrentamientos diversos.
En la actualidad nos encontramos todavía inmersos dentro del Orden Mundial que se creó y desarrolló a raíz del fin de la Guerra Fría a principios de la década de 1990. En donde no obstante el polarizador predominio hegemónico de los Estados Unidos de América a nivel global, poco a poco se fueron gestando otros "actores" internacionales (llámense países, líderes, problemáticas mundiales, ONG'S etc.) que de alguna forma han ido contribuyendo al acomodo y movimiento de dicho Orden.
Con esta suerte hemos sido testigos de múltiples conflictos armados tanto locales como regionales a lo largo de los últimos años, y todos estos eventos tienen que ver con las transformaciones, retos y aspiraciones de todos y cada uno de los actores internacionales que tienen voz e injerencia en el acontecer global; dicho de otro modo tanto países como gobiernos con el afán de mantener, defender o aumentar su estatus en el concierto internacional, han contribuído a generar ambientes que van de la armonía y la cooperación con países vecinos a momentos de crispación y total hostilidad.
La semana pasada por ejemplo, observamos como el Presidente de Rusia (Dmitri Medvédev) realizó declaraciones en contra de la disposición de los Estados Unidos y Europa (vía la OTAN), acerca de desplegar un sistema de misiles que apuntarán hacia los enemigos de estadounidenses y europeos. Dichos misiles de largo alcance y poderío pretenden ser colocados en territorio de países ex comunistas y muy próximos a la frontera con Rusia lo cual, desde hace algunos años, ha despertado la preocupación y el enojo de sectores rusos que no obstante el "Fin de la Guerra Fría" hace ya 20 años, aun mantienen viejas rencillas y "deudas" culturales e históricas con el anterior Orden Mundial.
Medvédev en su papel como líder ruso y quizás bajo la influencia de Vladimir Putin (el real hombre fuerte en Moscú); tuvo que manifestarse abiertamente en contra de las pretensiones geoestratégicas que estadounidenses y europeos tienen en común con el despliegue de dicho sistema de defensa, pues desde su perspectiva, estas acciones buscan intimidar a Rusia no obstante las declaraciones de EUA y Europa de que dichas acciones van dirigidas a contener a los verdaderos enemigos en común y no hacia dicha nación. Ante todo esto la posibilidad de un conflicto de grandes repercusiones mundiales al corto o mediano plazo se mantiene latente y activa, pues en Rusia la idea de ser un país protagonista y con múltiples alcances en el escenario internacional es tan vigente como real.
Rusia no permitirá que Estados Unidos y Europa coloquen misiles en las proximidades de su territorio y tratará de disuadir dichas pretensiones primeramente bajo el diálogo y la cooperación estratégica. Sin embargo, de no resultar favorable este medio, los rusos tomarán otro tipo de medidas que pueden ir desde la creación de un bloque de países aliados como China o la India y Corea del Norte con la finalidad de generar un contrapeso a europeos y norteamericanos, hasta hacer un despliegue de sus fuerzas militares que provoquen así una delicada escalada de conflicto.
Estados Unidos de América además de verse inmerso en una crisis económica y de liderazgo a nivel mundial sabe bien que la amenaza militar más fuerte y real que existe en todo el planeta se llama Rusia, y querrá desde ahora tener bajo control una posible situación de riesgo o conflicto armado directo entre ambas naciones.
Europa por su parte es un actor que se mantiene al margen de las aspiraciones de los estadounidenses sin estar totalmente de acuerdo en algunas acciones que éstos realizan o han realizado a lo largo de los años. No obstante de alguna manera los europeos comparten con los Estados Unidos el temor de un levantamiento por parte de Rusia en su eterna búsqueda del predominio a nivel global y por lo tanto, estarán alineados con los norteamericanos en la contensión y defensa mútua ante tal amenaza. Europa y en específico Inglaterra no ha renunciado a estar entre los principales protagonistas en la "telenovela" de la historia moderna de la humanidad.
Una posible Tercera Guerra Mundial sería un evento a todas luces indeseable para la gran mayoría de la población pero de igual forma, resultaría una situación favorable para algunas élites en distintos países quienes buscarían a toda costa enriquecer su poder e influencia vendiendo armas, invadiendo territorios ó intentando reactivar la economía de sus países etc. La amenaza de una nueva guerra es ante todo una posibilidad y las piezas en el tablero del ajedréz internacional poco a poco se mueven hacia esa dirección que, en términos de consecuencias; sería catastrófica y de altísimo impacto dada la complejidad y capacidad destructiva de las armas a emplearse.
Nos encontramos en un contexto mundial en donde las economías mundiales parecen caer en una situación delicada e insostenible, en donde los conflictos regionales continúan cobrando víctimas, en un mundo en el cual algunos países desarrollan armas de destrucción masiva como alternativa de disuasión o intimidación ante otros. Vivimos en una realidad cotidiana en la que el terrorismo se mantiene como amenaza latente, el crimen organizado desestabiliza gobiernos, la escasez de alimento y agua cobran miles y miles de vidas al mismo tiempo que las diferencias entre ricos y pobres se acentúan cada vez más. Decir que el día de mañana estallará una posible Tercer Guerra Mundial sería tan irresponsable e inexacto como el negar que pueda presentarse en cualquier otro momento es decir; todos los factores descritos anteriormente mas la incapacidad humana de aprender de sus propios errores son un caldo de cultivo perfecto para generar un conflicto de proporciones hemisféricas, empero la racionalidad del hombre y su comprensión sobre la importancia de la cooperación y el respeto para con sus semejantes, pueden ser las herramientas que lo hagan reflexionar y revertir su cíclico deseo de acumular poder y sobre todo, de destruírse sin sentido.