En los últimos días se ha estado comentando mucho y de manera negativa, acerca de lo que se planea realizar dentro del Parque Fundidora en la ciudad mexicana de Monterrey, capital del Estado de Nuevo León.
La construcción de un nuevo recinto dedicado a darle "gloria e inmortalidad" al beisbol mexicano y sus figuras, ha sido criticado día y noche por parte de varios sectores de la sociedad debido a que, para iniciar la construcción de dicho espacio, se tuvieron que remover de tajo cien árboles del parque más famoso de Monterrey.
Si bien la capital de Nuevo León no se caracteriza por tener grandes y frondosos árboles esparcidos por toda la ciudad, adornando avenidas y camellones salvo contadas excepciones, lo cierto es que los pocos espacios donde todavía se puede encontrar concentraciones de árboles son los parques, y en Fundidora; poco a poco estos han ido desapareciendo debido a las nuevas construcciones que en los últimos años se han realizado y que siguen presentándose.
Por si no fuera poco el día de ayer se anunció la construcción de un nuevo estacionamiento para hacer más simple el acceso al nuevo Museo Papalote Verde, lo que significa el sacrificio de más áreas verdes y la caída de más árboles del ya de por sí saturado Parque Fundidora.
Resulta increíble que poco a poco se este acabando el principal pulmón urbano de la Zona Metropolitana de Monterrey sin la menor consideración a futuro. Las declaraciones de Francisco Morales Plurón (Director de Parque Fundidora) son tan retrógradas como irónicas al señalar que el nuevo estacionamiento será de carácter "ecológico".
El Papalote Museo Verde, que entre sus temáticas está la de buscar crear una conciencia ambiental, ecológica y de responsabilidad con el entorno natural, pareciera olvidar estos preceptos y estar decidido a iniciar con el pié izquierdo de concretarse la construcción de un estacionamiento que, por más "ecológico" que lo anuncien, jamás tendrá el valor y el impacto positivo que más de 60 árboles pueden ofrecer y que serán talados en los próximos días.
Parque Fundidora reúne una considerable parte de los atractivos turísticos de Monterrey y con el paso del tiempo está convirtiéndose en todo menos en un parque. La tala de árboles y el fraccionamiento de sus áreas verdes estan haciendo de este recinto un espacio de construcciones, en donde el pavimento y el cemento se valoran más que la purificación del aire y la regulación climática que los árboles realizan.
Parque Fundidora se acaba a pasos agigantados, y los intereses económicos parecen ser la única explicación a tan lamentables declaraciones y decisiones que se han tomado en detrimento de las áreas verdes en los últimos años.
* Imagen extraída del sitio de internet: www.skyscrapercity.com
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