Sin poder trascender nuevamente el equipo mexicano se queda en la orilla en la búsqueda de alcanzar el quinto partido en un Mundial.
La Selección Nacional Mexicana como todos ya sabemos fracasó en su nuevo intento de alcanzar el negado quinto partido en una Copa del Mundo celebrada fuera de nuestro país.
Con esta nueva eliminación a manos de Brasil en los octavos de final, el equipo tricolor aumentó a siete veces el número de intentos por disputar un partido en la ronda de cuartos. Desafortunadamente no se pudo realizar dicho objetivo.
¿Qué fue lo que sucedió?
México llegó a esta Copa del Mundo con muchísimas dudas en su accionar debido a que nunca han terminado de convencer en su estilo de juego, y aunque los resultados en la era de Juan Carlos Osorio en cuestión de números han sido buenos, la forma de desempeñarse en el terreno de juego siempre ha dejado mucho que desear.
Ante un panorama lleno de críticas, escepticismo y hasta escándalos mediáticos el equipo mexicano contra todo pronóstico, se impuso a Alemania vigente campeón del mundo jugando de una forma irreconocible y casi perfecta. Posteriormente lograría sumar seis puntos al derrotar a Corea del Sur dejando el escenario de una manera ideal para finalizar en primer lugar de grupo y evadir lo que desde diciembre se tenía contemplado, el cruce fatídico contra Brasil en octavos de final.
Lamentablemente después del segundo partido y a pesar del paso perfecto de México, el equipo cayó en una gran incertidumbre debido en parte a la rareza del grupo en el que todos los equipos tenían opciones de calificar o quedarse fuera por igual. Este escenario sin duda distrajo a los seleccionados quienes no obstante solo requerir de un empate ante Suecia para asegurar la primera posición, se vieron superados por la escuadra europea de principio a fin sin poner resistencia alguna.
El perder ese partido contra los escandinavos en el cual nunca se vio una idea de juego y mucho menos capacidad de respuesta, significó el descenso al segundo puesto del pelotón e incluso por momentos, se vivió con la gran angustia de quedar fuera de la siguiente etapa de no ser porque los coreanos, terminarían por vencer a los alemanes que por cierto venían muy a la baja en términos generales.
México logró clasificar por séptima ocasión consecutiva a la fase de octavos de final (logro que comparte con Brasil) viniendo de más a menos. El cruce los obligó a enfrentarse con los pentacampeones mundiales en un partido de vida o muerte el cual ya estaba previsto desde el sorteo mundialista, pero que pudo ser evitado de haber conseguido siquiera el empate frente a los suecos.
Los pronósticos se hicieron efectivos y la escuadra sudamericana eliminó sin emplearse a fondo a México, frustrando nuevamente su intención de avanzar más allá de la ronda de los 16 y dejando la ilusión hasta el próximo Mundial que se llevará a cabo en Catar en el año 2022.
La Selección Mexicana independientemente de carecer de un estilo convincente de juego, de contundencia y de una sólida e inteligente estrategia para enfrentar a Brasil, nunca tuvo la mentalidad y la inteligencia suficiente para facilitarse las cosas en la búsqueda de trascender en esta Copa del Mundo.
Más allá de la eliminación contra Brasil el equipo mexicano perdió la gran oportunidad de avanzar más lejos al salir derrotados ante Suecia, pues de haber finalizado en primer lugar de grupo hubieran enfrentado a Suiza, rival por donde quiera que se le vea, inferior a Brasil y ante el cual se tendrían mayores posibilidades de éxito.
Queda en pura anécdota esta nueva desilusión. En términos generales no se logró nada más allá de derrotar a Alemania por primera vez en un Mundial. Por todo lo demás se cumplió el hecho de llegar a octavos de final pero nuevamente se fracasó estrepitosamente en el intento de jugar el tan citado y maldito quinto partido.
Javier Hernández Jr. lamentando la eliminación frente a Brasil |
* Fotografía tomada de internet, crédito respectivo a su autor.
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