domingo, 13 de enero de 2019

¿Derecha, izquierda? da igual; la misma porquería de siempre

Y es que no importa la filosofía política ni los posicionamientos, al final el país sale perdiendo porque no hay un proyecto verdadero de nación.


Desafortunadamente es cierto, en éste país ni la derecha ni la izquierda han demostrado estar a la altura de los retos y los desafíos que un país tan complejo como México, representa hoy en día.

Revolucionarios, izquierdistas, derechistas, neoliberales, tecnócratas, populistas, demagogos etc, todos en su momento y a su medida solamente han contribuido a dividir y polarizar cada vez más a la población.

Ningún grupo ha sido capaz de cumplir sus promesas de campaña ni ha resuelto las problamáticas más importantes de México, como la pobreza, la inseguridad, la falta de oportunidades y el rezago entre otras. Por el contrario hoy por hoy tenemos un país enemistado, molesto, fragmentado entre quienes defienden una postura ideológica y quienes la aborrecen. Al final lo único que tenemos es una nación de incrédulos que tienen que conformarse cada año por votar por gobernantes cada vez más ineptos e ineficientes, sean del color que sean.

No existe un proyecto de nación al mediano y largo plazo, todo lo que persiguen los que alcanzan el poder es el dinero y vivir con los máximos privilegios que un periodo de tiempo tan corto como 6 años, podrían brindarles. Y es que pareciera que los elegidos como representantes del pueblo ven en esos años la única posibilidad para enriquecerse y hacerse de todo cuánto puedan para después vivir tranquilamente por el resto de sus días.

Para todos ellos el proyecto de nación (si acaso les pasa por la mente) es limitarse a hacer acuerdos y establecer las condiciones necesarias para disfrutar al máximo el status quo que les ofrecerá su posición. Al diablo entonces las promesas de campaña, las fotografías con los grupos desfavorecidos, la visión a futuro etc.

Ni panistas, priístas, morenistas etc, se preocupan en realidad por el bienestar de México. Su único compromiso es para con ellos mismos y sus familias. El partido político al que pertenecen es el único patrón al que le rinden cuentas y por el que se desviven al final de las administraciones. Entre acuerdos, pactos o reformas todo se orquesta con la finalidad de beneficiarse de sus respectivas posiciones y los gobernados entonces pasan a ser solamente maquinaria política para el siguiente periodo electoral.

Si realmente existiera un plan o proyecto de nación serio en el que se visualice a México en un mejor escenario mundial, todos trabajarían sin importar las ideologías para que se alcanzaran los objetivos. En cambio tenemos que cada periodo presidencial la nueva oficina desecha la mayoría de los planes de la antecesora y se dedica a crear los suyos, con una visión meramente inmediata, pues la incertidumbre es tal que no se sabe con certeza si en el siguiente proceso electoral, habrá continuidad.

Todo requiere de planeación y tiempo pero sobre todo de voluntad para hacer un cambio de verdad. Lejos de promesas incumplibles, acusaciones y señalamientos que solo buscan entorpecer y eliminar al adversario político, lo que debe prevalecer es la razón, el deseo de ver a éste país mejorar en todos los aspectos sin importar si serán necesarios 6, 12 o 18 años, estén o no los mismos grupos políticos en el poder. 

El compromiso de la clase gobernante debe ser para con su país antes que con los agremiados, su trabajo debe enfocarse con miras a crear las condiciones específicas y necesarias para echar a andar éste fantástico país que tiene todo para estar en una mejor posición. La gente por su parte también tiene mucho por hacer, pues no todo es labor de las autoridades, pero de eso hablaremos en otra entrada. 

Imagen obtenida de internet: https://www.altonivel.com.mx/actualidad/mexico/por-que-los-politicos-convirtieron-a-mexico-en-un-estado-fallido/ 

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