viernes, 30 de octubre de 2020

Entre la Pandemia y los ídolos de barro.

Todas esas personas que colocan sus creencias y su fe por encima de su propia salud y la de los demás, no son mas que el pueblo ignorante e irresponsable.




No cabe duda que gran parte del pueblo mexicano no es sabio y mucho menos alcanza a medir la peligrosidad que varias de sus acciones pueden significar para el resto de la población. 

En días recientes hemos visto como cientos o miles de personas continúan llevando su vida con una tranquilidad o normalidad como si no existiera o siguieran presentándose casos por Covid19.

Fiestas, bodas, encuentros y visitas a los santos en las iglesias no ponen otra cosa de manifiesto mas que  somos un pueblo con una gran irresponsabilidad, valemadrismo e ignorancia. 

Los reportajes presentados en los noticieros de las congregaciones y tumultos de gente visitando las iglesias dedicadas a San Judas Tadeo en todo el país, revelan imágenes de personas que sin importarles su vida y mucho menos la de los demás, salieron al encuentro de sus ídolos de barro sin considerar el momento en el que nos encontramos; con una pandemia a punto de enviarnos a un segundo confinamiento y con ya casi 100 mil muertos de manera oficial.

Todas esas personas que colocan sus creencias y su fe por encima de su propia salud y la de los demás, no son mas que el pueblo ignorante e irresponsable que deja su suerte, su salud y su bienestar a la suerte o a la intervención divina de sus santitos. 

Las declaraciones de una mujer que dijo que la fe se encuentra por encima de todo lo demás, refleja una gran problemática, pues evidencia que el entendimiento de la gente con respecto a la pandemia es minimizada y pasa a segundo o tercer termino pues lo primero es "cumplir" con las mandas o los encargos que su doctrina religiosa les motiva. 

Y es que salir a visitar los templos en el día de San Judas Tadeo en todas las ciudades y pueblos del país, representó una nueva oportunidad para que el virus se siga esparciendo y que en los siguientes días veamos nuevos casos de contagio por coronavirus.

El problema con las personas que profesan su religión de manera muy cegada es que no se detienen a cuestionar, a razonar o analizar la gravedad de la situación en la que nos encontramos. Para ellos resulta más importante lo que diga el padre, lo que digan los familiares o lo que imaginan que les dicta o transmiten sus estampas o figuras de cerámica.

El compromiso con sus creencias es más importante que cuidarse a sí mismos y a los demás pues en muchas manifestaciones las personas salieron sin cubrebocas y sin guardar una distancia razonable para contener los contagios.

Lo más preocupante es que estamos a pocas semanas de que llegue la celebración más intensa y numerosa que los mexicanos realizan, la peregrinación a la Basílica de Guadalupe.

Millones de personas año con año caminan desde sus localidades hasta llegar al recinto católico más importante de América, donde con toda su fe y devoción, se postran ante la imagen de la Virgen de Guadalupe, la "patrona del Tepeyac"

Las autoridades han lanzado recomendaciones y peticiones a las personas para que no asistan ni realicen peregrinaciones en todo México y en especial a la Basílica, pues sin duda alguna habrá nuevos contagios y el virus se mantendrá más que latente en nuestra realidad.

Si los peregrinos no obedecen y a pesar de las restricciones o prohibiciones asisten a sus peregrinaciones, solamente lograremos aumentar el número de contagios y prolongaremos indefinidamente esta pandemia.

Es necesario que se tomen cartas en el asunto de manera severa y se trate de concientizar a la gente para que no se expongan a sí mismos ni a terceros. De igual manera las reuniones, bodas y demás eventos multitudinarios lo único que están provocando es que los contagios aumenten sin control. 

Se viene el cierre del año y con ello la temporada invernal que sin duda, recrudecerá aún más los nuevos brotes de Covid19 en nuestro país.  

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