miércoles, 4 de agosto de 2021

EL RENACIMIENTO DE ITALIA

 La escuadra italiana regresó al sitio donde pertenece, al lugar donde siempre debe ubicarse, en el techo de Europa y del mundo.




Por fin tuve el valor de ver los videos de aquella maldita noche del 14 de noviembre del año 2017, cuando una débil y reducida selección italiana confirmaba el más grande fracaso de las últimas décadas de su historia. Aquel día en el estadio San Siro de Milán, el equipo transalpino quedaría marcado para siempre al quedar fuera de toda posibilidad de competir en la Copa del Mundo a realizarse un año después en Rusia.

Y es que en aquella desastrosa fecha y víctimas de su pobre juego y rendimiento; se llegaba al fondo más cruel y doloroso que un equipo como el seleccionado italiano podría haber experimentado. Quedarse fuera del Mundial de Fútbol a manos de un rival de categoría inferior, supuso uno de los tragos más amargos en la historia de este combinado que afortunadamente, parece hoy haber renacido y estar de vuelta.

Hace unas pocas semanas la selección de Italia consiguió ganar la Eurocopa versión 2020 misma que tuvo que ser retrasada un año debido a la pandemia de Covid-19. La espera valió la pena en todo sentido pues irónicamente ese año de alargue sirvió para que el plantel de Roberto Mancini, alcanzara su mejor versión y llegara justo en el momento en el que al parecer se da por iniciada una nueva era gloriosa para los italianos.

Haber ganado la Copa Europea de Naciones en el mítico estadio de Wembley ante la selección de Inglaterra (a la postre local), revivió a un gigante que se encontraba muy perdido en años y años de mediocridad absoluta. Particularmente después del año 2006 cuando alcanzaron su cuarto título mundial venciendo a Francia por la vía de los penales en el Mundial de Alemania.

Y es que después del estrepitoso fracaso que significó no haber calificado a Rusia 2018 parecía que nada levantaría a la escuadra "azurra" de ese vacío lleno de intrascendencia, mediocridad y desprestigio. Sin embargo gracias a una muy acertada decisión de encomendar las riendas de la selección a un hombre experimentado como Mancini, poco a poco se fue reconstruyendo el grupo hasta llegar a un punto en el que hoy por hoy, se puede incluso considerar al equipo italiano como uno de los favoritos a llevarse la próxima Copa del Mundo el año entrante.

Mancini y sus jugadores tuvieron un año 2019 de regular a bueno, en donde poco a poco comenzaron a implementarse otras estrategias y un estilo de juego más vistoso y ofensivo, dando prioridad al buen trato del balón, a los movimientos entre líneas y sobre todo; a levantar la moral de un equipo que si bien ya no contaba con muchos de sus integrantes de aquella eliminación, cargaban todavía con el estigma de haber sido eliminados en una repesca desafortunada.




Para el finales del 2019 y durante todo el 2020, el equipo de Italia no solamente implementó una marca positiva de encuentros sin perder tanto en partidos oficiales como en amistosos, sino que fue pavimentando el camino que finalmente para el 2021, les significaría la consecución de su segunda copa de Europa luego de muchos años de no haber podido ganarla.

Italia en el 2021 no solamente continuó su paso perfecto en las eliminatorias, sino que llegó al certamen continental en óptimas condiciones físicas y mentales, en el cual aprovechando además su localía en los primeros partidos, pudo plasmar sus nuevas ideas de juego, resultando ser una escuadra vistosa, contundente y muy atractiva.  

Si bien la selección de Bélgica y Francia saltaban como las favoritas para llevarse el trofeo, el equipo italiano avanzó la primera ronda de manera invicta superando a rivales como Turquía, Suiza y Gales para después en fase final, dar cuenta de Austria, Bélgica y España respectivamente, con lo cual llegaba a una final de un torneo importante desde aquella fallida Eurocopa del 2012, donde el equipo español los derrotó en la final de manera estrepitosa.

Para el juego decisivo el equipo transalpino tuvo que enfrentarse ante el equipo de Inglaterra que fungió como local, pues el partido se llevó a cabo en Londres. Los ingleses llegaban a una final europea por primera vez en su historia y luego de décadas y décadas de sequía, parecía que era la oportunidad ideal para obtener un título internacional que desde 1966, no habían vuelto a obtener.

El partido fue emotivo aunque no muy atractivo, pues el equipo inglés se dedicó a defender su ventaja tempranera cediéndole toda la iniciativa a los italianos, quienes no obstante la adversidad en el marcador, supieron empatar y llevar el partido hasta la definición de los penales, donde afortunadamente pudieron hacerse de su segundo título continental confirmando su regreso a las grandes ligas.

Italia hoy por hoy puede ser considerado como uno de los representativos nacionales que mejor juega al fútbol. Mancini finalmente logró darle una nueva versión e identidad a su equipo y después de obtener el título y sobre todo por el récord impresionante de partidos sin perder, se han trazado ahora la meta de ganar el próximo Mundial de Catar en diciembre de 2022.

Habrá que ver cómo llegará el equipo italiano para esa fecha pero todo parece indicar que seguirán en continuo ascenso pues los ciclos italianos que generalmente duran varios años, hoy se vislumbran a la alza. 

Podemos considerarlos como serios contendientes a ganar la copa y ojalá eso signifique una nueva era de éxitos y alegrías. Si bien aquella mancha oscura, profunda y dolorosa de 2017 nunca se olvidará, podemos decir que finalmente éste nuevo título devuelve a Italia en el plano protagonista del escenario internacional del fútbol.


Forza Italia sempre!



* Fotos obtenidas de sitios de internet. Crédito a sus respectivos autores.

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