domingo, 22 de mayo de 2011

¿El país necesita una verdadera Revolución?

Intentar siquiera contabilizar el número de víctimas que semana a semana caen en manos del crímen organizado ya sea en el fuego cruzado o por actos crueles y repugnantes por parte de los narcotraficantes es verdaderamente insoportable e indignante.




No importa ya lo que diga el Presidente de la República o los gobernadores y demás autoridades que se han visto rebasadas en sus capacidades en torno a la seguridad nacional y de la gente (lo más importante que hay en un país).




Ante el hecho de verse superados y ridiculizados los gobernantes de ésta nación por los crímenes y actos de violencia cometidos, creo yo que solo quedan dos caminos que recurrir ante la inminente escalada de inseguridad, y de víctimas que a diario aparecen (y otras tantas que jamás se mencionan en los medios).




El primero es solicitar la expresa ayuda internacional para intervenir (el tema de la soberanía nacional se cuece aparte) en el país y que expertos o al menos personal más capacitado coadyuven a combatir realmente a este mal que carcome a México con mayor inercia en los últimos años.




El otro camino que visualizo es el que verdaderamente se presente un "Despertar Civil" por parte de los ciudadanos, y que consista primeramente ya no solo en denunciar los actos de corrupción y de violencia, sino tomar cartas en el asunto enfrentando al problema que las autoridades o no quieren o simplemente no pueden erradicar.




Si, podrá sonar bastante fuerte el título pero no menos la descripción de las acciones que pudieran tomarse si de verdad se quiere terminar con éste mal que cada día, nos acecha con mayores posibilidades de que a nosotros ó algún conocido nos toque una desgracia.




¿Será que la sociedad civil decida enfrentarse al crímen organizado por sus propios medios? Esto significaría sin duda toda una Revolución, una lucha por la supervivencia y por buscar cambiar una realidad que se descompone cada vez mas. Una sociedad que se ha visto alcanzada por su estúpido elitismo y su propio egocentrismo basados en sus sueños de gloria, egoísmo, riquezas y poder a costa de otros. Una sociedad que ha colaborado para que la corrupción se expanda y eche raíces en el tejido social donde gobernantes y gobernados tienen la culpa de lo que sucede. Quizás a diferente escala, pero culpa a fin de cuentas.




¿Llegará el momento que la gente se decida a actuar y se organice para recomponer o crear otro camino? Una sociedad cansada de lo que vive tendrá que unirse y asumir los riesgos que conllevará una empresa de tales magnitudes. La gente tendrá que estar consciente que habrá bajas por dicho enfrentamiento pero que la causa ante todo no deberá morir. El chiste es saber quién querrá iniciar la organización o resistencia civil. Una resistencia que ya no marche por las calles vestida de blanco; exigiendo justicia a las autoridades, sino más bien una organización que buscará por sus medios reventar con toda la porquería que existe a su alrededor.




La sociedad ya no puede esperar respuestas de los gobernantes ni puede quedarse inmóvil o callada, debe dar pasos en otras direcciones con el fin de enfrentar el mal que se extiende por todo el país. Ya no bastará con señalar y callarse, la sociedad tendrá que enfrentar al toro por los cuernos. Estoy seguro que la sociedad se tendrá que decidir y organizar con la firme idea de cambiar el entorno y la realidad misma.


2 comentarios:

  1. Eso me sonó a querer apagar el fuego con más fuego ... Acabar con la corrupción es el tema, la que vive en el pueblo es la importante, la que practican los gobernates no tiene tanto peso en realidad, son minoría.

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  2. A final de cuentas ofrezco dos alternativas, claro que existe una tercera que sería pacífica pero muy a largo plazo, comenzar a leer, a respetar las señales de tránsito, a no ser hipócritas con el comportamiento al cambiar de país en un viaje, a construír más escuelas y parques en vez de casinos, el de educar y educar y educar para que esa semilla germine quizás en dos o tres generaciones. Estoy de acuerdo que la violencia no debiera acabar con la violencia per se, pero podría ser el modo más rápido. Saludos.

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