miércoles, 2 de octubre de 2013

En mi país...


En mi país hay un "Presidente" títere que "ganó" las elecciones mediante un apoyo mediático y económico descomunal de la principal televisora de la nación.

Ese "Presidente" además de ser una persona con un pasado personal turbio, es un ignorante que no solo en dos o tres ocasiones ha quedado expuesto y en ridículo público, sino que cada semana al parecer se esfuerza por "querer" demostrarnos cuan incapacitado es para "llevar" las riendas del país; y cuan comprometido está por quedar bien con aquellos (viejos políticos) quienes lo apoyaron en campaña.

En mi país los mismos personajes políticos se reciclan y entremezclan para continuar teniendo poder en beneficio de sus familias y allegados. Nunca se ve en realidad un cambio de aire real pues la clase política actual; continua muy ligada tanto en lo familiar como en lo amistoso con los viejos "lobos" de la política nacional.

En mi país una gran parte (quizás la mayoría) de los diputados no cuentan con un título profesional o lo han conseguido ilegalmente. Pero lo más grave  no es que carezcan de una certificación de estudios superiores o que solo hayan llegado hasta la secundaria o preparatoria, sino que no trabajan, ganan salarios infinitamente superiores a los de la población promedio mexicana y encima de ello; por si fuera poco, constantemente se aprueban bonos premiando su "árdua labor" como si no fuera suficiente lo que ganan mes a mes.

En mi país nadie cree en nadie ni en nada, todos nos hemos orillado a ser más apáticos e incrédulos hacia todo lo que pronuncie o tenga que ver con decisiones gubernamentales. Los recursos que se destinan para las campañas políticas son excesivos mientras hay comunidades que se mueren de hambre sin ser siquiera tomados en cuenta.

En mi país los Partidos Políticos siempre velan primeramente por sus intereses y nunca verdaderamente por la población quienes votaron por ellos. Los políticos pagan el voto y la confianza de sus partidarios implementándoles planes de austeridad, aumentos de impuestos y otra serie de acciones que merman y estrangulan cada vez más sus condiciones. 

En mi país la clase política se burla del resto de la población cuando no inventando, si aumentando los impuestos solamente para asegurar sus propias nóminas y mantener su estatus privilegiado por mucho tiempo. Además de pagar los constantes favores y compromisos que adquieren entre ellos mismos como parte de la gran faena del escenario político.

En mi país los familiares de los políticos gozan verdaderos privilegios propios de sultanes o reyes. Ellos y sus hijos gozan de la mejor educación en los principales colegios y universidades del país y del mundo, mientras la gran mayoría o trabaja o estudia, y en el mejor de los casos acude a escuelas públicas. La clase política y sus familias disfrutan de grandes y lujosos viajes por todo el planeta a costa de los impuestos y del gran esfuerzo de toda la población, y cuando llegan a enfermar simple y sencillamente se atienden con los mejores especialistas de los mejores hospitales del país y del extranjero. El resto de los mexicanos cuenta con un seguro popular de mesurada calidad y solo algunos mejor situados pueden pagarse los servicios de un doctor particular.

En mi país los Ex Presidentes tienen acceso a grandes pensiones de por vida y la clase política goza de fuero que los protege de sus abusos y su corrupción. Inventan una serie de reformas que si bien algunas son encausadas para la mejora del país, la gran mayoría solo son ajustes disfrazados para mantener sus cómodas condiciones de vida.

En mi país se nos ha inculcado la importancia de la democracia hasta el cansancio, pero no tanto el de reclamar, exigir y demandar plenamente a los gobernantes de cumplir sus propuestas cuando eran candidatos a cargo y sobre todo, de velar por los intereses del país y no los de su clase, familia o partido político.

Por lo tanto en mi país el poder teóricamente por no decir románticamente, recae en el pueblo. La realidad nos ha mostrado que el verdadero poder lo ostentan 20 o 30 familias las cuales estan mezcladas entre políticos y empresarios, nunca obviamente en el pueblo real.

En mi país la clase política no solo roba y no trabaja por la población, también engaña, reprime, se burla, construye e intenta legitimarse, con medidas que para la vista de cualquier persona mínimamente instruida; resultan engañosas, pobres y amenazantes. Los votos son comprados, la gente manipulada y los medios distraen como agentes coadyuvadores a la clase política para logra sus fines. 

Es la triste realidad de mi país, millones de personas que continuan en la ignorancia y en el silencio, en la señalización de todo lo negativo de su gobierno pero sin mejorar ellos mismos. Un país de lobos comiéndose a otros lobos, en donde robas una gallina y te condenan en la cárcel mientras otros roban cantidades millonarias o ejecutan su poder en beneficio personal sin ser castigados.

Es mi país, es una realidad, debemos cambiarla.





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