viernes, 26 de marzo de 2010

Las luces de la ciudad

Tan grande, tan propia, imposible de contemplar en su totalidad desde cualquier punto que no sea el espacio mismo. La ciudad al pié de las montañas, la que con el frío invita a no pararse de la cama o abrigarse hasta los dientes, la que cuando hace calor nos obliga a tomar cerveza y baños de agua fría, la que crece sin parar y la que en otros tiempos fue considerada una de las ciudades más seguras del mundo.

Monterrey, mi ciudad, donde vivo, me desenvuelvo y me reivento. La urbe que llevo en el alma y corazón luce tranquila, serena, apacible a la distancia, desde tan especial lugar donde puede observársele en su mejor ángulo, la que comienza a encenderse y que sigue sin comprender cómo es que a últimas fechas, ha sido corrompida por el crimen organizado que, ha robado su tranquilidad, parte de su estabilidad y de paso nos ha hecho sentir desorientados.

Espero junto con otros cientos de regiomontanos que ésta situación mejore pronto, que se nos regrese la tranquilidad que solíamos tener al salir a cualquier lado, y que el crimen y sus acciones sean controladas por las autoridades que, una vez más, muestran su ineficacia y en ocasiones lamentablemente su relación con los criminales.

¡No más disparos, no mas muertes, no mas bloqueos en Monterrey por parte de criminales y narcotraficantes!

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